domingo, 16 de marzo de 2014

De nuevo había una carrera para el fin de semana. Esta vez era la primera edición del Trail de San Nicolás del Puerto. En la misma jornada había dos modalidades más, Duatlón cross y Maratón BTT (bici de montaña) en la que también participaba mi hermano mayor Pedro que hizo una gran participación en su prueba. 

Después de madrugar, conducir (e incluso pinchar el recién estrenado coche) e ir a una población preciosa como la S. Nicolás del Puerto, nos plantamos allí poco antes de la salida. La mañana empezó fresquita pero empezó a levantarse un sol que imponía. Esperábamos una mañana primaveral, pero parecía casi veraniega. 

Antes de la salida nos advirtieron por megafonía que el recorrido se aumentaba, por temas de seguridad, en casi 2km más. Ascendiendola a 25,5km. 

La salida fue muy rápida, me uní a un primer grupo, algo estirado, que iba desatado, muy rápido. La carrera se abrió literalmente en tres grupos según miraba hacia atrás para ver donde me había situado en la misma. Iba en el vagón de cola del primer grupo, situación que no había preparado y que me pareció algo temeraria por mi parte. Según caían los primeros kilómetros no me encontraba bien, iba fatigado y el desayuno me subía y bajaba cual columpio. Mire mi reloj y me dí cuenta que iba lanzado, por debajo de los 4:20m/km y aún no había llegado a los 10km. Decidí bajar el ritmo y buscar mis propias sensaciones. Noté como mis compañeros de carrera se iban hacia delante y no podía, ni ya quería, seguirlos. Iba algo mareado, mucho calor, sol y mucha cuesta hacia el monte. 

Sin desazón decidí buscar mi carrera y no olvidar los tres objetivos que llevaba, disfrutar, disfrutar y disfrutar. Me tomé el primer Gel energético y en el avituallamiento decido volcarme agua por la cabeza cual dicha de playa. Volví a sentir frescor mental!

Pasaban ya 13km duros y volvía a encontrarme, ya no me centraba en pensamientos negativos, todo empezaba a rodar y no me costaba subir las interminables cuestas. Noté como ya no me alcanzaba nadie nuevo y no sólo eso, si no que empezaba a coger a los qe hacia unos km me habían dejado atrás. 

Quien corra sabe que esa sensación de recuperación es algo emocionalmente muy fuerte. Te vienes arriba!

Como todo lo que sube, baja. Llegados al km 18 comenzamos a descender con más frecuencia y el ritmo vuelve a ser el mejor para mi. Rápido para la dura orografía que allí había, pero muy alegre y fresco. Volvía a estar a tope de moral. 

Es curioso esto de rozar tus límites, te sientes sólo ante quien eres, no hay lugar para el postureo, o puedes, o no puedes. Y todo depende de ti!! 

Los últimos kilómetros los hice "escapando" de un trío perseguidor que no conseguía darme caza y que me sirvió de motivo para darlo todo. Todo sirve, ya se sabe...!

Llegando a San Nicolás y creyendo que ya iba dirección meta, acelero y no escatimo en esfuerzos, sorpresa la mía cuando me dicen que fire a la izquierda y me encuentro con una Lima de narices que nos enlazaría con el final a más de dos kilómetros. Aguanto el tirón y llegó a meta donde volvían a estar mis hijos y mi incombustible Rocio que me acompaña y que se hace otra carrera con los niños durante la prueba. Sois mi motivación principal!! 

Finalmente llego en 2h05m, con un desnivel total de 600mt y quedo el 22 de 103 que nos situamos en la línea de salida. Muy contento!!

Si hay alguien ahí, gracias por estar
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